Trabajador encajonado

Nueva York walking down the street

trabajando_working.jpg

Trabajador encajonado

Su puesto está situado en la zona financiera y las colas son largas en las horas punta. Empieza su jornada por la mañana hasta que cierra por la tarde. Cada día igual que el anterior. Con otras palabras, esclavitud moderna.

En el con-ce-sionario

Nueva York walking down the street

Priests

En el con-ce-sionario

Los vi mirando los escaparates con alegría y alborozo, por no decir excitados. Unos veinte minutos esperé en la calle a que salieran.

Quizás estaban informándose sobre las características de lo divino… o buscando una forma rápida de llegar al cielo.

O quizás se equivocaron cuando en realidad estaban buscando un con-fe-sionario.

Ocio

Nueva York walking down the street

ocio_leisure.jpg

Ocio

En Central Park acontecen toda clase de actividades lúdicas, ya sean culturales, deportivas, artísticas o actividades de mero recreo, pasatiempo o esparcimiento.

Hombre en bicicleta

Nueva York walking down the street

 

man on bike

Hombre en bicicleta

Muchos aspectos de este hombre llamaron mi atención, la bicicleta infantil que lleva, su calzado o la inmaculada y blanca vestimenta a juego con su pelo.

Pero lo que más llamó mi atención fue que se paseara tranquilamente por estas calles como si estuviera en un pequeño pueblo.

Judíos ortodoxos

Nueva York walking down the street

jews

Judíos ortodoxos

BH son unos grandes almacenes dedicados tanto a la electrónica de consumo como al equipamiento profesional en fotografía, video, iluminación, etc., y es un negocio 100% judio, empleados incluidos.

Este momento es el final de la jornada. La calle estaba atestada, esperando sus propios autobuses que les llevase a casa.

Wilson

NUEVA YORK WALKING DOWN THE STREET

13-Wilson.jpg

Wilson

Este hombre se me acerco en plena calle y me ofreció su cazadora de camuflaje por 30 dólares. Me comentó que nació en Puerto Rico y que llevaba 35 años viviendo en Nueva York, dato que me chocó bastante, dada su situación actual, de vender su ropa, despues de tantos años en la ciudad.

Después me pidió que le invitara a un café, el mismo que tiene en la mano, y yo le pedí hacerle un retrato.

Busqué un fondo adecuado, y allí estaba, un anuncio diciendo que todo el mundo tiene  ideas brillantes, pero que no suelen ser eficientes.